déguisement

"Lo mejor de nuestra piel... es que no nos deja huir".- 
Espejismo, Patricio Rey y sus redonditos de ricota. 


Lo mejor (¿o lo peor?) de nuestra piel es que no nos deja huir. 
¿Hay quién puede escapar de su propia piel? 
Con un calendario de casi veinticinco vueltas al sol como único haber, algo en mi había comenzado a sospechar qué podía existir alguna vía de escape. 

Había algo de extraordinario en esa suerte de terciopelo, capaz de cambiar de color y textura dependiendo de la ocasión. Pero y sobre todo... había en aquel tejido (el cual no recuerdo haber comenzado a vestir) una inconmensurable capacidad de sentir. 
Recuerdo incluso llegar a creer (y en más de una ocasión) que el misterio de todo aquello que entendía como real podía explicarse, incluso resumirse en mi propia piel. 

En medio de aquella especie de esclavitud, el placer y el padecer se parecen mucho a dos caras de una misma moneda. Aún así algo comenzó a cambiar cada vez con mas frecuencia: las dimensiones de aquel envoltorio parecían dilatarse cada vez más... y más ¿Podría una misma esencia parecerse cada vez más a un simple disfraz? ¿Podría ser varias mujeres en una misma piel? 
Cierto mimetismo comenzaba a adueñarse de esta prisionera. 
Algo dentro mio ya no solo padecía, sino que hacía algo con aquella piel que (contradictoriamente) habitaba. 

"Creo que me liberé" pensé, en medio de una mueca orgullosa, como quién por fin disfruta de jugar una de tantas revanchas.
"Condena de vida" murmuré después. 
Tal vez hacer algo y no perderme en el disfraz sea una tarea de todos y cada uno de los días. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario