Definirse
como animales de necesidad es una cruda realidad. Nadie esta preparado
para asimilar el egoísmo que puede esconder amar, o más bien amarse, y
quien fuera plenamente consciente seguro se volvería loco.
Los sentimientos son ese alimento psíquico, o esa bomba sin reloj que habita profundamente.
Lejos está la poesía de la naturaleza, casi tan lejana como la diferencia entre amarse y creer que se ama.
Juego de palabras, disfraces.
Vacío
de sentido se encuentra todo al pensar que el ser vive solo para si
mismo. O vacío de sentido se encuentra el mismo sentido al que me ataron
todo este tiempo.
Es hora de entender que no hay nada más allá de uno mismo, ni tiempo, ni espacio, ni siquiera realidad.
Aun
así, lo más probable es que mañana nos levantemos con ganas de dar un
poco más a los demás, y así como el día y la noche coexisten en
simbiosis, quizá el individualismo sea lo único que alimente el apego
hacia el otro y viceversa.
Siempre volviendo a círculos elípticos, una y otra vez.
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