La duda, la certeza y el grifo

"Averiado" pensé. Ya no cierra del todo ¿Alguna vez lo hizo?
Las gotas caen al ritmo de las agujas del reloj. 
Lentas. Monótonas. Iguales. 
Tap. Tap. Tap. 

El problema no es lo que suena. El problema es lo que se repite.
El problema es, una y otra vez, lo que no acaba de caer. 
De pronto, la epifanía.
La gota sabe a agua aunque suena como lo haría la duda. 
Tap. Tap. Tap. 
La certeza tiene otro sonido, otra cadencia. 
La certeza chorrea.

"Averiado" vuelvo a pensar. Aterrada. 
Dejar de ser es perder la entidad para convertirse en un espacio vacío e intercambiable.
Lo mismo daría que fuera canilla, animal mitológico,
timón de un barco en plena tempestad o el eufórico giro de una ruleta en el casino.

"Si no funciona ajuste con fuerza" recomienda el manual. 
No para de gotear y entonces, de nuevo, la pregunta.
¿Cuánto habrá que ceder para ajustar?
¿Cuál será el límite del grifo que tengo acá?

ME PESCÓ UN RECUERDO

Hay días en los que el alma prefiere no salir de la cama.
Hay días en los que ponerse las botas de lluvia es un desatino. 
El alma lo sabe y es por eso que, a veces, se queda en la cama aunque las botas se calcen y vayan igual. 

Mi alma seguía durmiendo cuando me acurruqué esa noche en la cama.
Intentaba descansar, pero cuando cerré los ojos, en la oscuridad, vi marrón clarito. 
Marrón clarito. Sin más. 

Parecía agua sucia, agua de río. Vi a través de esos ojos y recordé, como si fuera yo la que nadaba, a una pequeñisima mojarrita que había pescado cuando tenia solo 5 años. Esa pececita estaba perdida en algun lugar de mi memoria y del agua marrón que brotaba por mis ojos. 

Repaso con alegría y miedo el ritual de la pesca. Había algo en la esperanza de la espera que nunca dejaba de deslumbrarme. Primero solo quietud. De repente la boyita que súbitamente se movía buscando el fondo. El agua marrón que la tragaba, a veces por completo, y entonces un tirón en seco para devolver la boya al aire y a la mojarra, mi mojarra, fuera del río. 

Recuerdo que esa pececita fue especial, no terminó empanada en harina y fritada como los demás peces que limpiaban y cocinaban mis papás. La guardamos en un frasco lleno de agua de río y fuimos juntas 140 KMs hasta la Capital, donde una Eliana, mucho menos marrón, iba al jardín. 

Recuerdo las tardes mirando fijamente las miguitas de pan rallado hundirse en el agua. Recuerdo las ganas de comer de mi mojarra, que contra todo pronóstico se aferraba a lo poco que le quedaba. Recuerdo llevarla al jardín y recuerdo también el frío, el frío de ese otoño. 

Tampoco olvido el día en que la cargamos nuevamente en el auto. Aún hoy puedo ver, desde arriba, a mis botas amarillas pisando el barro de la costa. Y vuelvo a recordar también el frío, el frío de ese otoño. Creo estar a solas con ella y el frasco y el agua marrón frente al río, aunque, a veces los recuerdos necesitan mentir un poco.

Recuerdo el agua del frasco volviendo a la del río.
Recuerdo a mi mojarrita escabullirse como una gotita más. 
Recuerdo verla cada vez más tenue hasta volverse agua en el río. 
Agua. Río. Marrón clarito. 
Una eternidad esperé este instante - Soda Stereo


Tragaba con dificultad;
cansada de sentir
solo su lengua
sobre el paladar.

Hundió los dedos en aquel plato
y los llevó, con regocijo,
lentamente hacia su boca.

Dejó quietos los bocados
solo unos segundos
sin siquiera masticar
como quien siente un infinito placer
por el momento presente
para luego desmenuzarlo
con los dientes
despacio y luego más rápido.
Cada vez un poco
más rápido.

Casi olvidando hasta la identidad
supo que lo bestial
no estaba afuera

Abrazar y romper.
Abrazar y quemar.
Devorar y tragar
de a pedazos manjar,
no sin dolor
hasta volverlo propio.
Creo que he cometido todos los errores literarios posibles y que eso me permitirá tener alguna vez algún acierto.
Jorge Luis Borges.-

Comenzó a sucederle una mañana:
se levantó y se sintió enchastrada
de un deseo gris y pegajoso
que no era, justamente, el propio.

El deseo es
eso que se siente y que no se nombra

La inocencia se pierde,
de acuerdo la pregunta toma forma.
¿Cómo nombrarse?

Buscaba en un vaso esa cualidad
que la despegara de ahogarse
en un simple discurrir de cuerpos.

Lo suyo no era cuestión de originalidad o inteligencia.
Ni siquiera se trataba de gracia o simpatía,
mucho menos de belleza.
Todo cuanto se le ocurriera,
ya estaba infinitamente inventado.
Repetido hasta el hartazgo en la eternidad.

Quizás sus huellas estuvieran
secreta y profundamente relacionadas con la tenacidad.
Era la simple obstinación del acto lo que la movía.
Infinitamente como todo lo ya inventado.
Era eso lo que hacía de ella, una y no otra.
Alguien y no todos.

De deconstrucción y otras yerbas

Deconstruir: verbo que procede del vocablo francés déconstruire y alude a desmontar, a través de un análisis intelectual una cierta estructura conceptual. 

Quizás no estemos advertidos, pero deconstruir es un verbo de proceso.
Contemporáneos a la priorización del resultado, que este significante esté en auge en el discurso (me) genera, al menos, algunas dudas.

Deconstruir, así sin más.
Deconstruir para liberarse, de una vez y para siempre.
¿A los fundamentalistas de la implacable denuncia frente a la romantización, sigue todo esto sin hacerles ruido?

Deconstruir(se) no implica ir por la vida sin ningún tipo de brújula o bandera, mucho menos tiene que ver con erigir monumentos a lo políticamente correcto.

El encontrar en el propio decir, en aquellas palabras que nos nombran, algo que sea necesario desmontar no es posible sin angustia.
Angustia profunda.
Profunda angustia.

Subvertir el lenguaje, trastocar significados.
Desarmar las piezas, otorgarles un sentido.
Barajar y poner las cartas sobre la mesa, jugar(se) en cada mano.
Ganar para inevitablemente volver a perder.

De construirse se trata.
Una y otra vez.
Una y otra y otra vez.
No es sustantivo. Mucho menos adjetivo.
Es verbo y de proceso.

espejismo de ciudad.

"Understand me.
I'm not like an ordinary word. 
I have my madness, 
I live in another dimension 
and I do not have time for things 
that have no soul."
Charles Bukowsky. 

A veces no hay tiempo para cosas que no tienen alma. 
Lo inanimado abruma porque más de una vez, camina entre nosotros. 

Hay noches en las que se vislumbran espejismos sin la necesidad de desiertos o  áridos terrenos. Naturaleza muerta: flores y frutas artificiales.

Lo infame de la naturaleza de alquitrán. 

Y no se trata de oratoria o retórica,
No se trata ni siquiera de metáfora. 

Es más bien una cuestión de (im)postura.
 De lo que yace ¿en pie? brillando cual ilusión óptica pero ya sin esencia. 

Y es que si... a veces no hay tiempo para las cosas que no tienen alma.

Memoria, espina de la vida y de la historia

Memoria: Facultad de recordar (RAE)

Siempre me figuré el concepto de "MEMORIA", como el de un rompecabezas de piedra, frío, silencioso y dormido. 
Un rompecabezas guardado en algún lugar sin tiempo ni espacio, vaya a saber uno dónde.

Y así... descubrí hace solo unos días que no es lo mismo tener memoria que hacer memoria.

La memoria cuando se hace, despierta.
Despierta los ojos que antes miraron sin ver, despierta el alma que parecía estar flotando en Babia, sin brújula, ni norte, ni destino.

La memoria cuando se hace, sacude. 
Sacude cada fibra, despierta a cada una del más cruel sueño de polvo. 

La memoria cuando se hace, duele.
Duele en el propio cuerpo, el anónimo sufrimiento de tantos otros. 

La memoria cuando se hace, grita.
Grita de manera opaca, incluso a veces ahogada, pero se hace oír más, mucho más, que la explosión de cualquier bomba.

La memoria cuando se hace, moja.
Moja, chorrea e incluso hunde, a todo aquel que la haga, en una sal de océano infinito.






Sobreviviendo

YA NO QUIERO SER SOLO UN SOBREVIVIENTE.
QUIERO ELEGIR EL DÍA PARA MI MUERTE.
(Victor Heredia.- Sobreviviendo) 

No, no elegimos. La muerte nos elige un día así sin más. 
Incluso antes de sentirla sobre nuestro cuerpo como un rayo acaparador llega... sin trueno detrás. 

Sobre vivir se trata. Y es que vivir nos cuesta morir sin saberlo, cada día, al menos un poco. 

Conversación en la habitación 515

Era una tarde más cumpliendo condena en aquella habitación de sanatorio.
El calor se volvía por demás pegajoso cuando otra vez el dolor se colaba por debajo de las sábanas hasta mi rodilla. Como la mordedura de un perro enfurecido y rabioso, una y otra vez, sobre aquella bendita rodilla.

Me acaricié solo para asegurarme, dentro de esa cama no había perros, ni gatos, ni nada que se le pareciera. Dos piernas, solo había dos piernas envolviendo a mis huesos cascados por el tiempo y por el simple hecho de ser y haber sido.
Fue en aquel momento que decidí hablarle de mi historia, como quién cuenta la dramática novela de las tres de la tarde a la vecina del departamento de al lado:

- Te lo digo porque lo viví. Nadie debería faltarte el respeto, quien te lo falta una vez, lo faltará dos y luego tres.

Mi compañera de celda, entubada y ya dormida en la cama de al lado jamás hubiera sospechado como envidié en aquel momento, al menos un poco, su ración diaria de oxígeno artificial.
Continué solo para no terminar de ahogarme:

- Existe aquel amor que quiere, respeta, acompaña y es fiel- dije resbalando con suavidad una certeza inconmovible.

Allí sentada, casi a los pies de esa opaca cama, me miraba con los ojos saltones, de esos que saltan y asaltan a preguntas eternas.

- Todo eso, todo eso... ¿Podría encontrarse así, en una sola persona? - preguntó sonriendo impávidamente como lo hacen los niños cuando avistan en los adultos una mentira descomunal.

- Claro que si- dije, casi sin dejarla finalizar la frase, rematando al mejor postor mi última ilusión en un conjunto de palabras.

Después de todo aquel dolor lacerante en la rodilla valía la pena ser vivido.


mordida


Oh simple thing where have you gone
I'm getting old 
and I need something to rely on
Keane .-Somewere only we know.

¿Por qué cuesta tanto poder ponerlo en palabras? ¿Se las habrán comido quizás también? ¿Podrían masticarse aquello que ni siquiera llegué a decir?

Fue una tarde, todavía invernal cuando lo sentí por primera vez: aquel dolor agudo en alguna parte de mi, dolor que comenzaría a tomar forma y cotidianidad con el correr de los días

Un nene se paseaba por los vagones grises del tren Sarmiento. Recuerdo que parecía pintado con témperas, de esas que ya gastadas se rebajan por demás en agua. 
Recuerdo también el color de sus manitos que hacían juego con la miseria de aquel escenario. 
No es una historia de esas que tienen un final feliz, pero no quiero olvidar que al menos unos segundos lo vi sonreír y fue en ese momento, justo en el apogeo de su gesto, que me mordieron por primera vez. 

Desde ese día comenzaron o comenzó, mejor dicho, a masticarme lentamente... primero fue un rasguño, para luego empezar a deglutir pedazos cada vez más y más grandes. 

¿Alguna vez te trituraron la piel desde dentro? No es una cuestión de reflejos, ni de espejos... cualquiera que me viera diría que tengo todas mis partes en su lugar, aunque yo se muy bien que dejó de ser así hace tiempo. 

Hablo de un estado que pareciera volverse infinito, hablo de pensar que ya se va a acabar, hablo de aquella esperanza que susurra que ya no hay más que perder y hablo, sin embargo, de seguir siendo arrancada. Hablo del terror de sentirse completamente devorada por aquella negra garganta y aún así poder caminar por la calle, entera y como si nada estuviera pasando.

El terrible horror de sacarle a la vida el disfraz del sentido. El espanto de verse corriendo a ninguna parte, la consternación de saber que nunca hubo donde llegar y que todo esfuerzo fue y es inútil, porque ya no hay adonde ir. Eso es sentirse mordida y comida de a partes. 

Mientras más lo pongo en palabras, más me convenzo en preguntar: ¿No te muerden, no te comen de a poco a vos también, cada mañana cuando prendes la tele para mirar el clima? 

CHANCE

Dia a dia aprendiendo a ser, miro hacia atrás todo el camino hecho. 
Lo que pudo ser y lo que fue, 
mi oportunidad de comenzar de nuevo. 
Y lo demás... francamente no importa. 
Quién fui todo este tiempo no sé, quién soy o seré 
 ¿Habré cumplido un sueño? 
INTENTANDO LA FELICIDAD A PRUEBA Y ERROR LA VIDA ES UN MOMENTO.

Chance.- Ataque 77

Era una noche como la anterior, donde entre un alud de sensaciones y lágrimas se bañaba el alma.
Eran de esos días extraordinarios de punto y aparte, de nuevos comienzos y pequeñas muertes.

Las despedidas hacían signo en ella, como sí lo cotidiano se hubiese vuelto un abismo inconmensurable.
Una interrogación la acorralaba una y otra vez: ¿Estaré muriendo un poco?

Agonizaba dulce pero inevitablemente ante ese silencio infinito. Aún no existía quien pudiera inaugurar las letras que disfrazaran aquel sentimiento que se hacía carne.

Luego de aquella tarde recuerdo que se lanzó del precipicio que tanto evitaba. "Ya no es solo pura sensación, en este día me morí un poquito" pensó mientras iba en caída libre.

Fue un instante eterno, puro presente.
Incluso si se estrellaba o seguía cayendo hasta el fin de los tiempos ya nada importaba.

Se creyó inmortal.
Se sintió parte del viento que le acariciaba la cara.
Se imaginó siendo una más de aquellas estrellas, de esas que nunca vió nacer ni verá perecer.
Rogó a quien pudiera escucharla que aquel momento no le fuera arrebatado.
Supo que la vida era constantemente eso: la chance de obtener la sortija en alguna vuelta para devolverla al rato... ¡Que clase de juego sería si así no lo fuera!

 ¿Cuántas muertes caben en una vida? ¿Cuánto morir para vivir eternamente durante un par de suspiros?


ElixiR

"No hay mejor restaurador que el que te diseñó" reza la la sintonía evangélica que suena al pasar, camino a casa. 

Caminaba pensando en peregrinos y (des)encuentros, andaba intentando calcular (inútilmente) aquel líquido que había contrariado a toda lógica, dejando de cesar. 

Desafortunado aquel viajero que luego de mucho deambular encuentra aquel oasis del que no hay palabras o referencias ni siquiera en los libros más antiguos.

¿Desafortunado dirás? Desafortunado, diré... de aquel que inmerso en tal infinito remanso olvida hasta la palabra que lo nombra. 

A veces recuperar las coordenadas... salir a buscar de forma desesperada nuevamente la sed sea, paradójicamente, el único modo de no sentir que se chorrea infinitamente... hasta enloquecer.-

déguisement

"Lo mejor de nuestra piel... es que no nos deja huir".- 
Espejismo, Patricio Rey y sus redonditos de ricota. 


Lo mejor (¿o lo peor?) de nuestra piel es que no nos deja huir. 
¿Hay quién puede escapar de su propia piel? 
Con un calendario de casi veinticinco vueltas al sol como único haber, algo en mi había comenzado a sospechar qué podía existir alguna vía de escape. 

Había algo de extraordinario en esa suerte de terciopelo, capaz de cambiar de color y textura dependiendo de la ocasión. Pero y sobre todo... había en aquel tejido (el cual no recuerdo haber comenzado a vestir) una inconmensurable capacidad de sentir. 
Recuerdo incluso llegar a creer (y en más de una ocasión) que el misterio de todo aquello que entendía como real podía explicarse, incluso resumirse en mi propia piel. 

En medio de aquella especie de esclavitud, el placer y el padecer se parecen mucho a dos caras de una misma moneda. Aún así algo comenzó a cambiar cada vez con mas frecuencia: las dimensiones de aquel envoltorio parecían dilatarse cada vez más... y más ¿Podría una misma esencia parecerse cada vez más a un simple disfraz? ¿Podría ser varias mujeres en una misma piel? 
Cierto mimetismo comenzaba a adueñarse de esta prisionera. 
Algo dentro mio ya no solo padecía, sino que hacía algo con aquella piel que (contradictoriamente) habitaba. 

"Creo que me liberé" pensé, en medio de una mueca orgullosa, como quién por fin disfruta de jugar una de tantas revanchas.
"Condena de vida" murmuré después. 
Tal vez hacer algo y no perderme en el disfraz sea una tarea de todos y cada uno de los días. 

(mono) cromático

Aquella no era una tarde, de esas tardes como tantas. Caminaba un poco más lento por las veredas que me veían desde abajo pasar, una y otra y otra vez, día tras día. 

Muy a mi pesar, pocas eran las veces que los colores centellaban como siendo maniobrados por el inminente crepúsculo. 
"Saturación de contraste" pensé. 
¿Podrías acordarte cuando fue la ultima vez que miraste así? Yo ya no lo recuerdo, pero en cambio si puedo rememorar cuando lo hice por primera vez. ¿Hay una primera vez? ¿o quizás sean varias las primeras veces?

Las tonalidades bailaban y recorrían mis retinas y yo las quería absorber por completo con cada parpadeo. De repente, casi por inercia recordé el perfume del jazmín que tanto me había gustado desde hacía más de quince años, sensación que le abrió paso a una idílica nostalgia que se empeñaba en rememorar el aroma de las medialunas cocinadas alguna vez por mi abuelo.

"Estoy lejos" me dije "siempre muy lejos".

A todo esto, los zapatos me apretaban. Casi casi también olvido que alguna vez disfruté de correr con todas mis fuerzas al grito de: "PICA PARA MI Y PARA TODOS MIS COMPAÑEROS!" 
Estoy segura de que en aquellos días sentía mis pulmones estallar y no a causa del humo o la angustia, sino que nada más y nada menos que por puro placer de andar

Otra persona, o "casi" otra persona abrió en medio de todos esos pensamientos, la puerta de casa. Digo "casi" porque esa otra persona era la misma que por rutina sale de mi casa y con mis mismos zapatos todas las mañanas, para ir a trabajar. 

"Me preocupa- pensé- que quizás no sean estos los zapatos apropiados" Es obvio que la culpa no era los zapatos (pobres zapatos), porque también es seguro que si volviera por mis zapatillas de niña, me apretarían igual o peor... ¿Y es que quizás debiera andar descalza? Imposible, si lo que pretendo es poder llegar lejos.

¿En que momento caminar casi corriendo para llegar a no sé dónde se había vuelto tan pesado?  Desde que ese "a no se donde" devino meta y decoloró el recorrido. 
"Escala de grises" refunfuñe. "¿Será simplemente eso crecer?".

Poco, muy poco sé. Aun así, hoy el cielo se llenó de colores ante mis ojos. tal vez entonces sean infinitas las primeras veces.  

.-

Se hizo dueño para siempre de si mismo.

Las pulsaciones dejaron de marcar el compás y las agujas no permitieron que se les dieran mas cuerda.

Y aunque ya no había espacio, ni colores, ni más cerca o menos lejos... estaba frente a él.

Se miraba con esa mezcla de conocimiento y extrañeza, como cuando desde tiempos olvidados pasaba cerca de un espejo, caminando despistado y de golpe se encontraba.
Con el miedo que se siente en ese instante en que uno olvida si es o no propio, si le pertenece a ese reflejo o es de otro latir.

-"¿Es ésta la mejor versión de mi?" se preguntó disparándose al alma, sin dejar de mirarse.
- "¿Soy tu mejor versión? Ambos sabemos..." respondió dejando una certeza llena de dudas en el aire. "Acá no hay más de los necesarios para saberlo. Al fin y al cabo estas solo" se dijo.

Y mientras se desintegraba en el aire, ya sin saber en cuantos fragmentos se liberaba, reconoció en el recuerdo de su propia mirada el único juez que importaba.

Su carcajada se convirtió en brisa y alcanzó mi mejilla a través de la ventana y viajando por mi oído me hizo testigo de su secreto. Por ultimo, se agitó lejos llevando consigo la alegría de un niño que después de haber envejecido, descubre la magia.


Desde el cielo

Y esa noche, mientras el humo que exhalaba intentaba inútilmente alcanzarla, me confió el secreto de su eternidad.-

Supe de su inagotable fortaleza; escalar junto a la oscuridad lo más alto que se pudiera para darle al tiempo la capacidad de llenarla de luz o mantenerla en penumbras.

La capacidad de tomar aquello que el cielo da, para volverlo más hermoso.

Serena y silenciosa, no sabe de vanidades, a pesar de haber perdido la cuenta de la cantidad de miradas que se perdieron en ella. Admitió el haber estado más de una vez tentada de perseguir aquellos versos que fueron escritos en su honor, pero, me recordó también que el secreto de su hermosura es estar siempre un poco distante.

Supe de su sabiduría.
Me explicaba que no hay verdades respecto a los colores que nos visten, me contaba acerca del arte milenario de esperar el brillo del sol y las circunstancias siempre cambiantes.

"En esencia -dijo- el existir es saber estar, simplemente al aguardo. Ninguna de todas las formas que adopto me definen. Se que mañana estaré un poco más oscura de lo que me encuentro hoy, incluso desapareceré a los ojos de cualquiera, pero también tengo la certeza de que estaré iluminando el firmamento dentro de algún tiempo más, orgullosa y vestida de blanco."

TONEL DE LAS DENAIDES-.

No caben cajas de cristal para nuestro cielo terrenal.
Las pastillas del abuelo.-

Antes los segundos corrían, pero por alguna razón los relojes ya no llevan ritmo, se deshacen como en el paisaje de Dalí.
A pesar de lo atemporal de la búsqueda, sigo con la misma insistencia.

Predestinados a no encontrar la pieza faltante, nunca. Jamás.

El rompecabezas de mi existencia llegó a mis manos con una falla. Y estoy segura que todo aquel con el que intercambiara dos palabras me aseguraría lo mismo acerca del suyo.

Predestinados a no ganar en esta partida, ni en la próxima. Esa insoslayable falta.

El sinsentido de encontrarle la lógica a lo que por ley está amputado. El sin sentido de querer retener el líquido en un cuenco amputado por definición.



TALK

So you don't know were you're going,
And you wanna talk
And you feel like you're going where you've been before
You tell anyone who'll listen but you feel ignored
Nothing's really making any sense at all
Let's talk

Esa electricidad que viaja por la columna vertebral al saber que nada tiene sentido.
Buscando la pieza que falta, siempre en esa búsqueda infinita.
A veces es mejor dejar de pensar, antes de que las palabras se adueñen del cuerpo y éste estalle por los aires convertido en letras.

Nada me conmueve más que el descubrir que la esencia de lo humano es buscar en el otro aquello que nunca se tuvo.

Unos minutos hacen falta solamente para entender que el medio es mucho más que el fin.
Todos hablan y esta tarde, también me hablaron a mi.




¡Alicia jugaba a menudo a ser dos personas distintas! "De nada me serviría ahora el juego-pensó la pobre Alicia- de ser dos personas distintas. Bastante trabajo tengo con ser una"


Alicia en el país de las maravillas.-Lewis Carroll.

Títeres

Adoptaba, de vez en cuando un semblante que podía entrever su mortalidad. Disimulaba la dulzura de su mirada que inevitablemente a veces lograba escapar. 
Pero aquella tarde parecía irreversible, no había profundidad en sus ojos, ojos oscuros pero gélidos. Y reía, reía por dentro regocijándose. 
Ahogarse en su risa era un mal necesario, como lo es en el medio de la caída preguntarse cuando llegará el impacto. 
Una inagotable belleza caminaba a su lado y tiraba de sus brazos y de sus piernas cual titiritero y le repetía una y otra vez: "es la piel tu propia prisión. Ya ves, no de todos se puede ser amo"

Osiris

Media sonrisa que se iluminaba y abría de a poco, mostraba los dientes. Ya había ganado, su corazón ya estaba colocado en el lado izquierdo de la balanza. Brillaba en sus pupilas un halo carmesí que llenaba de misterio el triunfante mutismo que estaba adoptando. Se acomodaba en el sillón sin perder la expresión, todo estaba listo para empezar. 
¿Qué iba a explicar? Sabía que aquella pluma que faltaba colocar en su lugar no podría jamás mantener el equilibrio, aquello que latió durante tantos años en ella iba a ser la plomada que destruyera toda esa ceremonia. 
Pero reía, reía de la misma forma que lo hizo durante toda vida, con una sinceridad brutal, brutal como todo aquello que dejaba entrever salido de su pulso. 
El juicio llegó un poco tarde, ya había pisado, destruido y vuelto a edificar todo aquello que había tocado. Ya no importaban las palabras, no quedaba más que una risa traviesa y una mirada inquisidora al pensar que haría su juez con aquello que iba a desestabilizarlo para toda la eternidad.-

...

Y me confío aún:
"No supe comprender nada entonces. Debí haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras. Me perfumaba y me iluminaba ¡No debí haber huido jamás! Debí haber adivinado su ternura, detrás de sus pobres astucias. ¡Las flores son tan contradictorias! Pero yo era demasiado joven para saber amarla"(...)

- Buenos días- dijo 
Era un jardín florido de rosas.
El principito las miró. Todas se parecían a su flor.
-¿Quienes sois?- les preguntó, estupefacto. 
-Somos rosas- Dijeron las rosas.
-¡Ah!- dijo el principito.
Y se sintió muy desdichado. Su flor le había contado que era la única de su especie en el universo. Y he aquí que había cinco mil, todas semejantes, en un solo jardín

"Se sentiría bien vejada si viera esto, se dijo; tosería enormemente y aparentaría morir para escapar al ridículo, Y yo tendría que aparentar cuidarla, pues, si no, para humillarme a mí también, se dejaría verdaderamente morir..."(...)

Luego el zorro agregó: 
-Ve y mira nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adiós y te regalaré un secreto. 

El principito se fue a ver nuevamente a las rosas: 
-No sois en nada parecidas a mi rosa; no sois nada aún- les dijo (...)
-Sois bellas, pero estáis vacías- les dijo todavía- No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que es ella las rosas cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa.

Y volvió hacia el zorro:
-Adiós- dijo.
-Adiós- dijo el zorro- He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. 

-Lo esencial es invisible a los ojos- repitió el principito, a fin de acordarse.

-El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante. 

-El tiempo que perdí por mi rosa... - dijo el principito, a fin de acordarse. 
- Los hombres se han olvidado de esta verdad- dijo el zorro- Pero tu no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado.. 

El principito.-Antoine de Saint-Exupéry 

DE VUELTA

Siempre fue más sencillo calcular la miseria a través de los números. ¿Cuánto falta? ¿Cuánto sobra? ¿Cuánto tiene lo que se puede contar de medio? ¿Cuánto tiene de fin? 

¿y si al despuntar el alba pudieras dar vuelta el corazón, ponerlo del revés como al bolsillo de un pantalón... que crees que caería?


Las cosas que alimentan el alma, una vez más no son cosasLa invisible diferencia entre vivir y sobrevivir, la causa de que caminemos enceguecidos pero con rumbo 
LA REINA .- Pablo Neruda
Yo te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas.
Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas.
Pero tú eres la reina.
Cuando vas por las calles
nadie te reconoce.
Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
la alfombra de oro rojo
que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe.
Y cuando asomas
suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden
el cielo las campanas,
y un himno llena el mundo.
Sólo tú y yo,
sólo tú y yo, amor mío,
lo escuchamos.

elegir

A veces me pregunto, cuántas vueltas dí, cuántas vueltas me dieron , o simplemente cómo llegué a este lugar. Nada detiene los momentos, sus sucesiones, la forma en la que se tropiezan los buenos con los malos.
Y de todo ese cóctel se basa lo que sos hoy, lo que soy, lo que somos. 
Se huye de tantas cosas, que escapar de uno es literalmente dejar de existir. 
Ningún defecto más nocivo que la propia cobardía, esa misma que se disfraza de "destino".
La mejor forma de triunfar por sobre los recuerdos convertidos en fantasmas es tener conciencia y asumir que lo que nosotros somos y hacemos hoy, no es más que lo que elegimos.
Más allá de las posibilidades con las que contaste, lo que te trajo hasta acá es ni más ni menos que lo que quisiste para vos.
Separarlos, ¿Qué clavos te gustaría separar? 

Parece difícil desatarse, des unirse a cosas, a la fuerza de la memoria, a las personas. 
Prima la lógica y el ingenio en este caso, pero no en todos. 
La estrategia consiste en no dejar de intentar, en buscar la forma de que vuelvan a ser dos. 
 

Oceano de fueGo

Un océano de fuego, tan fácil y difícil de apagar. ¿Se descubre alguna vez su profundidad?, quién quiera saberlo va a quemarse un poco, un poco MUCHO.
Puro fuego de un origen incierto, oscuro pero nunca negro.
De esas olas que se calman por fuera (a veces) pero se alborotan apasionadas desde dentro.
El paralelo con el mar parece casi utópico, pero pocas cosas me motivan tanto como tomar esa imagen para metaforizarme. 
Lo más admirable de las metáforas es que cobran vida en la finitud, y sin embargo viven en la eternidad del pensar. 



¿Qué esconden las palabras que decimos sin pensar?, ¿de qué hablan las canciones que no paro de escuchar?
Dicen siempre lo mismo, dicen que mi inocencia se ha perdido y ya no hay vuelta atrás.
Amaral.- Tarde de domingo rara.  

Tiene muchas nenas, arropadas con vestidos de diferentes colores, encadenadas a sus arboles, arboles azules, en compañía del cielo estrellado.
De pies y manos; no son de las que gritan, sino de las que esperan el momento oportuno para mover las piernas lejos del monarca. En su inocencia infantil reside las ganas de escapar, y de vez en cuando, alguna lo logra.
Traviesas, sonríen descaradas cada tanto y solo con el filo de los dientes rompen las ataduras.
En su jaula vive ese bosque y esas nenas.
Pero su majestad sabe que más allá de los barrotes no hay colores para ellas, ni atmósfera que las soporte más de dos saltos. Y en el caso de que alguna sobreviviera al más allá, la jaula tendría nueva dueña.
La secuencia siempre se repite: un momento de descuido, un par de sonrisas, el vestido volando a la par de las piernas de la criatura, la incipiente caída al vacío, el rescate de alguna rama azul, y de vuelta al cautiverio.

Todavía no comprendo la fortaleza de su insistencia, ni de su existencia. Tal vez la perseverancia resida en el recuerdo de un día soleado y la esperanza de un cercano amanecer. Siempre las calmó el amanecer, pero irónicamente disfrutan más el hecho de ver el sol caer.
Y cantan, cantan silenciosamente su verdad y se burlan del encierro, argumentando su libertad, y su presunta importancia lejos de ese lugar.  
Todo lo que causa sensación de molestia en nuestra existencia tiene una descarada razón de ser.
No creo que conozcas ni de la geografía de la que hablo, aun así de modo imperceptible seguro tengas algo que se le parezca por ahí, en lo profundo del yo.

Puro surrealismo, sabia que alimenta al bosque y en este caso a su dueña.



Vivir es dibujar con la mente el mapa, el juego y las reglas de TU existencia.-
Siempre estaré solo, pero qué diferencia, qué diferencia maravillosa, poder elegirlo. Amor Fati: elegir nuestro destino, amar nuestro destino.

El día que Nietzsche lloró- Irvin D. Yalom
No me atormenta lo moral.
Las paredes de esta pecera no son de vidrio, no duelen al cuerpo cuando se las quiere derribar.
Somos como aquellos elefantes, que aun en toda su inmensidad siguen amarrados a una estaca diminuta, solo por el simple hecho de haber vivido así toda su vida.
¿A cuantos palos insignificantes te ataron a vos?
 El ser humano es y está más alla de los límites del bien y el mal.
Si hay una bandera que tenga que escoltar sería la de la libertad.
Respetar la propia libertad y la de los demás intento que sea, por lo menos, mi filosofia.
Creo en mis necesidades psiquicas y corporeas más que en cualquier otro profeta.
Quizas no pueda hacer mios los oceanos, pero puedo ver más alla y eso es un primer paso.



lobocordero .-

¿presa o predador?
¿Cuanta razón hay en el pensar de las personas?
No se hasta que punto nos diferenciamos tanto de los demás animales, no veo donde podría señalarse el límite.
¿De verdad todo lo que somos va más allá de los impulsos biológico?
A veces me siento un lobo disfrazado de cordero preparando la trampa para tomar un poco más de lo que me hace falta, la sensación de logro personal, más amor hacia mi que hacia cualquier otra cosa.
Y es que el bien, además de ser una forma de dominación cultural, es una forma de dominarse a uno mismo. Quizás no haya mejor satisfacción que simplemente saciarse. Aun que mis fines son lo más altruista que podría esperarse del ser. Ni yo misma me confio de mi, ni de mis propias garras.
Hay algo dentro mio que se agazapa en la suave piel y que muerde a la vida y a los otros con dientes filosos sin desperdiciar una gota de lo que le puedan dar.

deseo

El concepto de justicia no siempre se relaciona con el de ser.
O por lo menos no se relaciona como razonamos normalmente.
La vida es río, delta y mar. Mar, delta y río de nuevo. Elipse. Sin embargo a veces tengo el espejismo de que ese circulo se rompe, como si lo que sucediera fuera una obra en la cual se improvisa alejándose del guión.
Toda la actuación se desvirtúa, se pierde y se llega a ese climax en el cual me pregunto que tan justo es lo que sucede respecto a mis acciones.
No distingo causa y efecto en relación a acción/justicia. 
Siento que hay un hilo más profundo que tira de las consecuencias y me las alcanza. Un hilo que se rompe solo cuando, paradójicamente deja de existir. Hilo que nace y muere en mi. El deseo.  

El cause y la fuerza de la existencia solo es el deseo, el más profundo deseo

De esas perlas
que no se lucen soberbias
en un collar,
de esas perlas
Que se las tragó el mar...

Territorios

Nada de seres racionales. Animal simbólico es ante todo lo que define la esencia humana en este contexto social y temporal (al menos).
Y es esa aptitud, la capacidad de adaptarnos a través de signos y herramientas los que nos hace ir mas allá...
Mi risa se torna nerviosa cuando me apropio de diversos sujetos cual si fueran territorios que conquistar o instrumentos para alcanzar una meta.
Más alla de la naturaleza animal creo que el verdadero sentido está en la capacidad de profundizar.
Entender que el poder no se ejerce sobre los otros sino sobre las debilidades del mismo yo.
Hay mucho mas que una cuestión de sobrevivencia en el hombre. Todo reside en la búsqueda del equilibrio dinámico de la psiquis.
Equilibrio de pensar criticamente
Equilibrio de ser ante todo subjetividad

tell me life is beautiful

OH, CRYSTAL BALL, CRYSTAL BALL,
SAVE US ALL, TELL ME LIFE IS BEAUTIFUL,
MIRROR, MIRROR ON THE WALL. 
Keane, Crystall Ball.-

¿Qué preguntarías si tendrías una bola de cristal?
Seguramente algo que dijera lo que los oídos quieren escuchar, que la vida es hermosa, llena de propósitos, caminos. destinos. Campo de rosas al atardecer que merece ser visto, manada de lobos en el bosque que deben ser superados con la frente en alto.
¿Y si la bola no mostrara eso? ¿Si no fuera más allá del humo? ¿O peor todavía, si no revelara más que noche?
Seguramente preguntarías una y otra vez, porque eso es lo que se hace con los oráculos, se los consulta una y otra vez hasta que responda lo que necesitamos oír.
Y si esto no alcanzara seguramente harías estallar la bola de cristal en millones de pedazos contra el suelo, pidiendo por favor un método más eficaz. Sin embargo las hay escondidas, mucho más cerca y reales que las de la ficción.
El reflejo que nos devuelve el espejo es mucho más que una muestra de lo que somos por fuera. Simplemente porque la dicotomía dentro y fuera no tiene sentido a la hora de definirnos como sujetos.
Creo que hay que preocuparse si en algún momento nuestro reflejo no es más que humo u oscuridad. Ese es el verdadero sentido de cualquier rastro del destino que podamos vislumbrar.

Quizá la busqueda de la igualdad no sea mas que comprender que no hay parámetros para lo que nos rodea. Lo igual radica en la diferencia y en el fin de los prejuicios

SinÓnimos

Definirse como animales de necesidad es una cruda realidad. Nadie esta preparado para asimilar el egoísmo que puede esconder amar, o más bien amarse, y quien fuera plenamente consciente seguro se volvería loco.
Los sentimientos son ese alimento psíquico, o esa bomba sin reloj que habita profundamente.
Lejos está la poesía de la naturaleza, casi tan lejana como la diferencia entre amarse y creer que se ama.

Juego de palabras, disfraces.

Vacío de sentido se encuentra todo al pensar que el ser vive solo para si mismo. O vacío de sentido se encuentra el mismo sentido al que me ataron todo este tiempo. 
Es hora de entender que no hay nada más allá de uno mismo, ni tiempo, ni espacio, ni siquiera realidad.
Aun así, lo más probable es que mañana nos levantemos con ganas de dar un poco más a los demás, y así como el día y la noche coexisten en simbiosis, quizá el individualismo sea lo único que alimente el apego hacia el otro y viceversa.

Siempre volviendo a círculos elípticos, una y otra vez.
Más allá de todo, la abstracción le da sentido a cada realidad.-

-

Ahí estaba, pura genética felina, al lado mio, jugando, jugando. 
Desde que llegó a la casa nunca abandonó su costumbre de dedicarle sus días al esparcimiento. 
Paralelamente en mi caso los años me habían cambiado un poco. Mi afición por huir de mi misma fue más allá. 
Lo más probable es que me este equivocando a la hora de hacerme entender... 
La conciencia es un peso pesado, el más pesado en mi equipaje, después de años de práctica logré soltarla al cerrar los ojos, pero vuelve con cada rayo de luz. 
Semejante efecto narcótico nunca es gratuito. Juegan carreras maratonicas las agujas que tengo al lado de mi cama, y las que están dentro de mis células también. 

Por eso, al descubrirla tan despreocupada prestándole atención solo a aquello a lo que pudiese cazar, me pregunté a cual de las dos nos iba a salir más caro el modo de vida que habíamos elegido. 

Supongo que el día del juicio final, más allá de todo bien o todo mal, la llave al verdadero descanso será tener la conciencia tranquila. 
Y no necesité bucear en mi inconsciente para abrir los telones de mi imaginación, y verme ahí con cinco décadas agregadas al calendario y doce kilos más de sueño buscando ahogar la culpa por haber dormido lo que debí haber vivido con mis cinco sentidos. 
Y llegó a mí esa lucidez que paradojicamente me da ese mundo del que siempre me escapo, y juré por los segundos sin estrenar no perderme, quién sabe si lo cumpla, o quede abatida de promesas rotas... 


¿Qué seriamos sin ese cofre? Todo parecería tan inútil como estar solos en el mundo.
Mariposas se agitan dentro y de vez en cuando escapan por la puerta trasera volando alto, atropellandose con la corriente. En un arrebato quizás lloren y quieran volver, pero aunque la lluvia rompa contra sus alas, yo insisto en que no regresen. La libertad lo vale.
Vivir lo vale.

Hay secretos que jamás pierden su naturaleza por el simple hecho de que nadie quiere saberlos. Envejecen, entumecen sin pena y sin gloria.
Mejor callar, atarlos con cadenas, ¿quién se haría cargo de semejante llanto?
Abrir los ojos es una sopa de hiel, sonrisas, centellas, azucar, limón y sal

Vivir tiene esas cosas diminutas que te devuelven a la vida

*Como un sueño dentro de otro, como trepar y caer todo el tiempo

Farolito

¿Qué te hace despertar todas las mañanas?, ¿Simple instinto madrugador?.
¿Qué nos diferencia de un animal? Para bien o para mal hay mucho más en nosotros que simple estímulo-respuesta. Castigo, bendición.

¿Seremos mascotas de alguien más, de algo más?
La concepción que posee el ser humano a la hora de buscar respuestas quizás no sea la mejor, o quizás simplemente no haya respuestas para todo, ¿Quién sabe?

Si nada es exacto ¿por qué debería serlo la filosofía? La vida y todo lo que abarca no es ni más ni menos que un punto de vista, el tuyo, el mio, el de ellos. Preferible que tu forma de vivirla también sea particular.
Mascota, amo, único, ordinario, par, impar, positivo, apocaliptico, credulo, ateo. Un poco de todo, una mezcla rara. Nada de lo que pueda decir tiene sentido para tu realidad. De lo que estoy segura es que nada de lo que pueda formarte se encuentra a la vuelta de la esquina. El viaje es mucho más largo y oscuro, pero darle claridad al destino no tiene precio.

Hundirse un poco más

Se perdió una pieza por ahí, dos o tres.. cuatro cinco o seis.
Se perdieron piezas por ahí.
¿Se perdieron piezas? Hay una clase de rompecabezas que cambia con el tiempo, que se arma y se desarma en las arenas.
¿Sabes de cuál estoy hablando? yo en realidad no.
Simplemente luego de levantarse, antes de perderse en sueños o quizá en otro momento, los ojos persiven un momento. Como un cortometraje surrealista, como un halo de cordura o de locura. El descubrimiento abismal de que hay otra cosa desperezandose dentro de los huesos, en la sangre, o simplemente en los sentidos.
Conocerse a uno mismo.
¿Cuanta oscuridad se podría encontrar, cuanta luz?
Surge ese quiebre, esa ilusión de que nada de lo que nos define es real, o peor todavía que muy lejos vuela la verdadera definición de nuestra propia naturaleza humana.
¿Sería demencia buscarla, o mejor dicho encontrarla?
La búsqueda consiste en nadar en un mar, un mar espeso de letras, de notas musicales, de imagenes, sonidos y recuerdos. Aunque lo que buscamos lejos está de ser un tesoro anclado en el fondo. Sumergirse parece el único reencuentro.
Lo defino como reencuentro porque considero que la propia filosofía siempre está ante nuestros ojos, sin embargo solo vemos a través de las hendiduras de un muro que no se sabe con certeza quien construyó.
Tanto por descubrir y tan poco tiempo. Nada de verdades, simplemente libertad y responsabilidad. A menudo es el mismo miedo a la definición de estas palabras lo que nos arrastra a venerar verdades falsas, impuestas y conformistas.

déchirer

Desde adentro, desde lo profundo, desde lo más profundo ella nace pura y a paso lento. Tibia mezcla de sentimientos que se desliza por su camino respetando la ley de Newton. Al igual que aquella manzana y todo lo que existe a su alrededor, a ella también la cautiva el corazón de la tierra.
Salada y dulce, nudo y liberación. A veces se esconde y a veces se muestra. A veces la inmolan y en otros momentos es ella quien ahoga.
Es un diminuto diamante a la luz del sol que siente menos vergüenza a la luz de la luna.
Fe y angustia. Esa fe que mueve montañas y esa angustia que cava pozos profundos.
Todo eso y mucho más es ella, que parece única en el mundo pero sin saberlo tiene el poder divino de estar en toda la naturaleza.

cO lO Re S

A veces soy de color rojo, rojo bermellon, rojo brillante.
Otros días multicolor.
Y en otros momentos demasiado opaca como para diferenciarme de los edificios
De un tono azul profundo el alma, como el océano que se traga a manotazos de agua todo lo que le es cercano.
¿Quién sabe de cuantos colores sea?
Todos a la vez, degradé, o ninguno.
Hay tanto más allá de la mirada.
Soy tantos colores más allá de los que puedas ver ahora en mi .
Soy tantos colores más allá de los que me devuelve el espejo.
Quizás sea un color imperceptible a los ojos, un nuevo matiz, o todo lo conocido junto, resuelto en una mezcla rara que cambia según la luz.

Olvido selectivo. Miedo a la memoria. Apretar las manos para olvidar. La mente no es una cinta regrabable. No se puede reescribir un recuerdo doloroso con las cenizas de una sonrisa. Y aunque fantasear con la idea nos de algo de tranquilidad, ¿qué sería de nosotros? ¿qué sería del mundo si solo recordásemos lo placentero? Tropezaríamos más de dos veces con la misma piedra y ni siquiera el aprender tendría sentido.
Dar paso a los recuerdos es un tanto peligroso, un trago agridulce, pero querer esconder ciertos momentos como si fuera polvo, bajo una alfombra no es la opción más acertada.
Nada pasa en vano, absolutamente nada, el yo no es más que una suma de conceptos, a lo sumo una desintegración, pero nunca una resta, porque no hay nada en el planeta que desaparezca como si no hubiera existido, y ni el tiempo es capaz de dar por desaparecido algo, porque no hay nada en la ecuación de la existencia que no sea el resultado de todo lo pasado.

Gluglu

Sobrepeso en el calendario, sobrepeso de ilusiones. Azúcar, mucha azúcar en la mesa, en las cenas, en los abrazos y en la palabra "felicidades"
Esperando un cambio en las estrellas que de un vuelco a las puestas del sol. El salmón nunca viaja a través de la corriente, algo con mucha más fuerza que la propia naturaleza lo hace moverse contra el curso de la sal, más allá de todo. Heroico esfuerzo, heroica meta... imitarlos es mucho más que esperar que el bolillero del azar decida que hacer con nuestra existencia.
¿Cuantas veces somos capaces de seguir cayendo por las pendientes de agua para evitarnos? La costumbre y la comodidad nunca fueron buenos consejeros en las causas justas.

hermitaña

¿Hay algo que motive más al ser humano que aprender?
Todo el tiempo nuestra mente interpreta tratando de comprender todo lo que nos llega a través de la percepción. Desde que nacemos emprendemos esa búsqueda activa entre el medio que nos rodea y nuestro ser.
Atados al minutero del reloj, creemos que se puede entender rasgando a duras penas la superficie de lo real. El poder frenarnos aunque el tiempo corra es un arte difícil de manejar. Algo que va mucho más allá de lo que podemos alcanzar con los sentidos, por el contrario, es una libélula traviesa que de vez en cuando la conciencia amarra por la cola.

Cuando creí que no podía haber algo que odiara más que el sonido del despertador por la mañana, ahí apareció. El poder de una palabra que moviliza pensamientos, dándole a su dueño la sensación de entender la realidad.
NORMAL..
nOrmaL
normal.

Curioso parámetro que nadie fue capaz de ejemplificarme dejando de lado el sentido común. La neutralidad es tan propia de las ciencias formales que me sorprende la cantidad de veces que la escucho invocar.
Creo que existe una tendencia a utilizar,inconscientemente, normalidad como sinónimo de equilibrio. La noción de equilibrio, respecto a lo empírico, a lo sensible no posee parámetros. Está estructurado de diferente forma en cada persona.
Sumergido en cada parte de nuestro ser, aquello que creemos que nos completa, que forma parte de nuestros valores y forma de encarar los días nos invade de tal manera que nos creemos con el derecho de poder sistematizar lo exterior.
Absurdo y egoísta como pensar que el sol gira alrededor de la tierra. Lo "habitual" asalta las miradas como un cristal que quiere convertir al blanco y negro un mundo pintado de infinidad de valiosos cOlOreS, inimaginables para mi, inimaginables para vos.

Hija de la Fortuna, Isabel Allende

El miedo había sido su compañero: miedo a Dios y a su impredecible justicia, a la autoridad, a sus padres adoptivos, a la enfermedad y a la maledicencia, a lo desconocido y a lo diferente, a salir de la protección de la casa y enfrentar los peligros de la calle; miedo de su propia fragilidad femenina, la deshonra y la verdad. La suya había sido una realidad almibarada, hecha de omisiones, silencios corteses, secretos bien guardados, orden y disciplina. Su aspiración había sido la virtud pero ahora dudaba del significado de esa palabra.(...) Nada lamentaba de lo compartido con su amante ni se avergonzaba por esa hoguera que la trastornó, por el contrario, sentía que la hizo fuerte de golpe y porrazo, le dio arrogancia para tomar decisiones y pagar por ellas la consecuencias. (...) 'Estoy encontrando nuevas fuerzas en mi, que tal vez siempre tuve pero no conocía porque hasta ahora no habia necesitado ejercerlas. No sé en que vuelta del camino se me perdió la persona que yo antes ERA'